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Mostrando entradas de agosto, 2011

HISTORIA DE UN ABRAZO

Érase una vez un Abrazo huérfano que vagaba sin rumbo fijo por el mundo. Nadie lo veía, nadie se percataba nunca de su presencia, así que no crecía. Tanto se acurrucaba que parecía una pelusa de esas que se posan debajo de los sillones. Vivía con miedo a que lo pisaran o lo barrieran sin más. Esta es su historia: El abrazo una vez tuvo papás. Fue gestado cuando dos personas, ahora no importa quienes, se acercaron mucho la una a la otra y quisieron fundirse en una sola. Ocurrió durante una noche de finales de verano, en una playa, con mucha gente alrededor. Esa noche nacieron muchos más Abrazos, aún se recuerda con nostalgia. Al principio el Abrazo era chiquitito, cálido, suave, recubierto por un fino pelillo blancuzco. Se fue a casa de la mano de sus padres y continuó creciendo, alimentándose de la energía que desprendían aquellas personas que lo crearon. Se hacía grande y fuerte, se convirtió en un Abrazo grandote, sus padres estaban muy orgullosos de él; lo exhibían allí donde iban

Por la mañana

Un par de lágrimas temprano al despertarme, una sonrisa de medio lado al mirar el móvil, más lágrimas tras las gafas de sol mientras conduzco. El tiempo aquí está más frío, me gusta... De nuevo una sonrisa mientras camino hacia la cafetería: café con leche y tostadas, que clásica me desperté hoy. comienzo a escribir estas palabras con mil imágenes que se arremolinan en mi cabeza, como parte de algún tipo de exorcismo, supongo. Entonces llega mi compañera, mi amiga y me saca de mi ensimismamiento; hablamos, nos reímos y terminamos juntas de desayunar. De vuelta a la realidad, al día a día; otra vez toca esconderse en lo más profundo de uno mismo y esperar a que pase el día para poder respirar de nuevo esta noche, deseando que se alarguen las noches de verano http://www.youtube.com/watch?v=uVfz74FayzM&ob=av2e
Poco a poco descubro cómo es la vida a través de tus ojos, cómo el arco iris que una vez sentí ocultarse tras las montañas vuelve a salir. Cada día que despierto a tu lado es más luminoso, más mágico, siempre hay una nueva aventura, otra ciudad de grandes murallas blancas que conquistar. Adoro el espacio inexistente entre tu pecho y el mío cuando nos abrazamos, a tu lado siempre hay ternura, en cada momento, en cada situación, siempre tienes una palabra de amor: la palabra justa, el beso apropiado, la sonrisa acertada, la caricia añorada. Sin embargo, cuando despierto y ya no estás me siento vacía, hundida en el colchón, como con un gran peso que me quiebra el pecho. Eres mi medicina, amor mío, los azucarillos que me dan fuerza para vivir, el jarabe que calma el repiqueteo en mi cerebro, la puerta que deja pasar una corriente de aire que me refresca el alma, las alas de mis pies.