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Mostrando entradas de 2012
Hoy he querido rescatar una cosa pequeñita, pequeñita que escribí hace mucho tiempo a la salida de un concierto al que fui con tres grandes amigos. En aquel momento todos pasábamos por una época regular; yo me he curado, espero que ellos también... Peor para el sol... Cuatro corazones rotos en las butacas del teatro. Cuatro maneras de leer las canciones que salían de aquellas voces. Cuatro formas de sentir distintas pero tan iguales. Cuatro corazones rotos de maneras tan dispares, pero en el fondo tan similares. Peor para el sol... 11-2-11
Enero en tus labios Enero en tus ojos Enero para ti y para mi. Enero en la ventana cerrada de tu dormitorio  un domingo por la mañana Enero brillante húmedo en el quicio de la puerta, caliente a tu lado Enero arrepentido de frío tiritando bajo las mantas. Mariposa Tecnicolor

Tu nombre

Buscándote. Me pasé la noche buscándote un nombre, yo sola, totalmente a oscuras. Busqué tu nombre por todas partes: en el techo negro de mi habitación, entre las sábanas, bajo la cama, en el baño; incluso entre los fantasmas que vuelven de vez en cuando a tirarme de los dedos de los pies. Busqué tu nombre también en mi cabeza, en medio de miedos, muebles, reformas y pinturas de pared que no sabemos si pintar. Pero no encontré un nombre especial que darte, y eso me entristeció mucho. Sólo veo amor, y ese nombre lo puede ver cualquiera, no es especial sólo para ti. Claro que para mí sí que es especial; a lo mejor es que se escribe con “h” de tan especial que es, quien sabe…

Y nos quitamos lastre

Se trataba de empezar desde cero, de que no importara el pasado, de dejar caer el lastre a nuestros pies. Tratamos de avanzar cogidos de la mano, esquivando cada obstáculo, sin que nos importen los demás, sólo nosotros. Nos encontramos un día en una intersección del camino que habíamos perdido y decidimos buscar uno nuevo juntos, codo a codo, paso a paso. No somos Romeo y Julieta, eso está bien, nuestro amor no es imposible ni está condenado, sino que avanza con nosotros y crece cada día más. El capítulo no se ha cerrado, aún queda mucho por ver, aún estamos en la presentación de los personajes, lo sé, y promete; eso también lo sé. Me asaltarán las dudas cada dos por tres, me preguntaré muchas veces qué haces conmigo, como es que soportas mis locuras. Te pediré un trozo de chocolate y tú me darás un abrazo. Y al día siguiente, o al pasar un segundo, estaré más segura que nunca, de nuevo, de que me quieres. Quizás te deba un manual de instrucciones, no lo sé, pero en el fondo me gusta e

Fin de mes

Caprichos del destino, bolas de papel, frase hechas, picores en los pies, trabas en el pelo, poco dinero en la cartera, fin de mes. En el suelo no han empezado a crecer las plantas, así que voy a plantar unas semillas en mis zapatos, con suerte tendré flores dentro de un par de meses. Siento arañazos en las paredes, las sillas sostienen libros a medio leer y las cortinas se mueven en la ventana, ya llega la primavera; habrá que sacar los dedos al sol, que respiren y se desperecen. Tengo un proyecto para esta primavera: voy a llevar un trocito de playa a mi balcón. Voy a coger arena negra en tarritos de cristal para irla derramando en el suelo, algunas conchas de burgados y agua de mar en una regadera, a lo mejor así crece mi tortuga.

LA DESTRUCCIÓN

El demonio se agita a mi lado sin cesar; flota a mi alrededor cual aire impalpable; lo respiro, siento como quema mi pulmón y lo llena de un deseo eterno y culpable. A veces toma, conocedor de mi amor al arte, la forma de la más seductora mujer, y bajo especiales pretextos hipócritas acostumbra mi gusto a nefandos placeres. Así me conduce, lejos de la mirada de Dios, jadeante y destrozado de fatiga, al centro de las llanuras del hastío, profundas y desiertas, y lanza a mis ojos, llenos de confusión, sucias vestiduras, heridas abiertas, ¡y el aderezo sangriento de la destrucción! LAS FLORES DEL MAL CHARLES BAUDELAIRE

videoclip sálvese quien pueda - vetusta morla

Incongruencias

La ceguera de unos, la felicidad de otros, los viajes, los cambios, la espera, la lenta asimilación. Las veces que nos vimos a solas en el cuarto de la costura, la felicidad de no verte más, de saber que estarás bien, a salvo, protegido. El tiempo que pasa cada vez más rápido en el reloj de la cocina, las naranjas que se pudren en el frutero. A veces creo que puedo con todo y me subo a la escalera más alta a cambiar la bombilla más rebelde, pero caigo sin remedio sobre mis rodillas. Los pasos de puntillas sobre el suelo frío para no despertarte, los árboles que lloran cuando tropiezo y sacuden sus ramas de alegría en mi ventana cuando me río. La certeza de tenerte, el miedo al vacío, el olor que desprendes a mi lado por las noches y que me trae recuerdos del verano, del mar, del sol que quisimos rescatar en enero. La música que nos atrajo, los libros en el salón, las lágrimas que vertimos los dos a mandíbula batiente. Un torbellino en mi cabeza, a veces más calmado, a veces con una