Ir al contenido principal

Y nos quitamos lastre

Se trataba de empezar desde cero, de que no importara el pasado, de dejar caer el lastre a nuestros pies. Tratamos de avanzar cogidos de la mano, esquivando cada obstáculo, sin que nos importen los demás, sólo nosotros. Nos encontramos un día en una intersección del camino que habíamos perdido y decidimos buscar uno nuevo juntos, codo a codo, paso a paso. No somos Romeo y Julieta, eso está bien, nuestro amor no es imposible ni está condenado, sino que avanza con nosotros y crece cada día más. El capítulo no se ha cerrado, aún queda mucho por ver, aún estamos en la presentación de los personajes, lo sé, y promete; eso también lo sé. Me asaltarán las dudas cada dos por tres, me preguntaré muchas veces qué haces conmigo, como es que soportas mis locuras. Te pediré un trozo de chocolate y tú me darás un abrazo. Y al día siguiente, o al pasar un segundo, estaré más segura que nunca, de nuevo, de que me quieres. Quizás te deba un manual de instrucciones, no lo sé, pero en el fondo me gusta el riesgo, y por ahora no nos ha ido mal, ¿verdad?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soy egoísta, soy curiosa, soy un artista, funambulista, corredor de fondo, feliz y triste a la vez. Soy un pez en una pecera, una tortuga bajo el sofá, un cuento a medio terminar. Tengo ganas de ti, me muero por tus huesos. Soy un globo inflado con la superficie brillante, a punto de estallar. Escribo en mi móvil al mismo tiempo que camino por la calle, si, y es probable que me choque contigo en cualquier momento un día de estos y que te haga daño. Soy una hoja que cae de un árbol por culpa del viento. Estoy en una esquina bajo mi paraguas verde viéndote pasar. Soy un perro apaleado, un día de verano azul, una noche de tormenta. Un camino de baldosas amarillas, tu escudo, tu lastre, tu colchón. Estoy aquí siempre, bajo la lluvia, soy una estatua de sal, un cruce de miradas.
Miedo, angustia, susto, escribir a lápiz, hacer borrón y cuenta nueva. Quererte, odiarte, sufrir hasta más allá de las nubes, hasta el más profundo de los océanos. Volar con alas de papel a ras de suelo, caer incendiada de golpe contra el frío mármol de mi habitación. Cuando sueño todo es grande y silencioso, cuando respiro a tu lado se me quiebra el corazón. Por la mañana lo recojo y lo pego;   y todo esto es tan inconexo… Palabras azules sobre mis pies, un libro amarillo que revienta en mi cama, unos dedos que se desperezan entre mis sábanas. El sol de la mañana entrando por la ventana y los gritos de los niños en la calle; y todo esto es tan salvaje… Respirar a veces duele, dormir a veces no es bueno. Unas copas de más en el balcón, la nieve cae en la nevera. Te cojo de la mano y me miras, nuestros dedos se entrelazan y se sueltan, como si fueran de goma blanda y resbaladiza. Los guisantes crecen por toda la ventana; y a mi me va a estallar la cabeza…