Poco a poco descubro cómo es la vida a través de tus ojos, cómo el arco iris que una vez sentí ocultarse tras las montañas vuelve a salir. Cada día que despierto a tu lado es más luminoso, más mágico, siempre hay una nueva aventura, otra ciudad de grandes murallas blancas que conquistar.
Adoro el espacio inexistente entre tu pecho y el mío cuando nos abrazamos, a tu lado siempre hay ternura, en cada momento, en cada situación, siempre tienes una palabra de amor: la palabra justa, el beso apropiado, la sonrisa acertada, la caricia añorada.
Sin embargo, cuando despierto y ya no estás me siento vacía, hundida en el colchón, como con un gran peso que me quiebra el pecho. Eres mi medicina, amor mío, los azucarillos que me dan fuerza para vivir, el jarabe que calma el repiqueteo en mi cerebro, la puerta que deja pasar una corriente de aire que me refresca el alma, las alas de mis pies.
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