Escribo este post entre toma y toma, más feliz que una perdiz pero sin tiempo para nada. Esta entrada iba a empezar así: "Me apresuro a escribir esta entrada porque me da a mi que Inés está al caer (o #InésIsComing, hastag que el papá creó en instagram, moderno que es). Pues bien, esto llega a su fin y estas son mis reflexiones sobre mi embarazo.
Cap4. Glorioso segundo trimestre."
Esto lo escribí la madrugada del 21 de enero, bueno, pues el día 22 a las 15:26 nacía Inés, así que no he podido centrarme para seguir escribiendo este post. Pero aquí va.
Cap4. Glorioso segundo trimestre.
La naturaleza es muy sabia, pero mucho, y ha creado para las embarazadas el segundo trimestre. Después de unos agotadores primeros meses, de repente llega la calma, así de golpe. De pronto te sientes estupendamente, con muchísima energía, o por lo menos eso me pasó a mi; el día se me hacía corto para hacer cosas, mi barriga incipiente me resultaba hasta bonita, la piel y el pelo estupendos, vamos, que estaba como una reina. Por eso mi consejo para este segundo trimestre es que no te pierdas una, que te vayas de viaje si puedes, que si tienes la suerte de trabajar y puedes hacerlo, que te den la baja y que hagas cosas para ti, te aseguro que después no tendrás tiempo (pero buen rollo, ¿eh?) A mi me pilló en vacaciones así que nos pudimos ir de viaje, en plan relax, eso si, pero fue estupendo, algo único.
Y en este punto quiero decir algo: cuando me quedé embarazada y fui al ginecólogo una de las primeras cosas que me dijo fue que no podía comer alimentos crudos (lógico), que no podía beber alcohol (lógico también) y que no podía comer jamón serrano ni prácticamente ningún embutido; y esto es lo que no entiendo, porque yo no voy a ir a la matanza del cerdo en el pueblo (ojalá), así que lo que consuma tendrá todas las garantías digo yo. Y encima nos fuimos de viaje a Salamanca, con todos esos ibéricos; en fin, anécdotas que le contaremos a Inés y un viaje pendiente que hay que repetir algún día.
Cap5. El declive.
Vaya por delante como siempre que hablo desde mi experiencia. En el séptimo mes empieza la cuesta abajo, yo de repente me sentí tan cansada como al principio, de nuevo a dormir por las esquinas, me sentía agotada, sin tiempo para nada ni ganas. Había hecho un montón de planes para cuando me dieran la baja y creo que todos quedaron en nada; de nuevo aquí tendemos a idealizar el embarazo: la sesión de fotos premamá, el cuarto del bebé, la canastilla del hospital, en fin.
Alrededor de la semana 28 empiezan las clases de educación maternal, nosotros optamos por ir a las gratuitas de la seguridad social y además nos tocó una matrona increíble, porque en este punto importa mucho quien te toque, y como sea una de esas radicales la has cagado. Y aquí va otro consejo: es tanta la información que recibes desde que te quedas embarazada que llega a ser agobiante: desde lo que lees en internet a blogeras de moda hasta lo que te dicen tus amigas y familia y, por supuesto los médicos y matronas; pues bien, antes de que la cabeza te estalle, analiza quien te conviene más y elige que tipo de informacion quieres que te llegue, el resto deséchala (si puedes, que no es nada fácil) En nuestro caso y como ya dije, nuestra matrona tenía bastante sentido común, asi que a muerte con ella. ¿Que por qué digo esto?, pues porque ahora influirá mucho lo que te digan; no es lo mismo toparte con una matrona que te diga que la epidural es una opción más que barajable a una qure te diga que es lo peor que puedes hacer para tu bebé.
Me quedo aquí porque si no esto no lo publico nunca, pero tengo mucho más que contar, tiempo al tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario