Ir al contenido principal

TIEMPO

Soy una figura de cristal en medio de un mar de guisantes. Acurrucada, con las rodillas tocándome la barbilla y los ojos cerrados, noto como la brisa me trae el suave olor de los melocotones: aire tibio, aterciopelado y de color naranja.
Miles de gusanos de besos recorren mi espalda, picoteándome, haciéndome cosquillas; hasta que llegan a mi nuca y anidan en mi cabeza, formando capullos de seda gris en medio de mi pelo negro.
De repente un hormigueo me hace saber que están despertando; mariposas de luz se desperezan, abren sus alas y echan a volar, en una especie de zumbido suave de sabor limón. Mariposas verdes, azules, rojas, amarillas, violetas, de todos los colores se arremolinan en torno a mi cuerpo de cristal para luego elevarse hacia el cielo azul, formando un milón de destellos que ocultan el brillo del sol momentáneamente; desaparecen en medio del aire afrutado para luego traerme notas de música celestial.
Claves de sol y compases llegan volando y se precipitan en el mar de guisantes, se hunden, nadan y luego reposan en el fondo. Al cabo de unos segundos estas semillas germinan formando árboles de gruesos troncos malvas y rojos, con hojas de color amarillo y turquesa.
Parece que el reloj tuviera prisa por llegar a algún sitio; las horas se adelantan, corren pisándose los talones unas a otras como si de una carrera infinita se tratase; flores de pétalos irisados caen lentamente sobre mí, en un intento de empapar el mar de guisantes con colores del arco iris. Frutos triangulares crecen en las copas de los árboles, y gotas dulces de nectar, aterrizan en mi boca y alimentan mi fe. Hay pájaros de noche que llegan y emigran, los frutos se caen y se pudren, los árboles pierden su hoja y mueren; tan solo quedo yo: una figura de cristal en medio de un mar de guisantes
30-05-99

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soy egoísta, soy curiosa, soy un artista, funambulista, corredor de fondo, feliz y triste a la vez. Soy un pez en una pecera, una tortuga bajo el sofá, un cuento a medio terminar. Tengo ganas de ti, me muero por tus huesos. Soy un globo inflado con la superficie brillante, a punto de estallar. Escribo en mi móvil al mismo tiempo que camino por la calle, si, y es probable que me choque contigo en cualquier momento un día de estos y que te haga daño. Soy una hoja que cae de un árbol por culpa del viento. Estoy en una esquina bajo mi paraguas verde viéndote pasar. Soy un perro apaleado, un día de verano azul, una noche de tormenta. Un camino de baldosas amarillas, tu escudo, tu lastre, tu colchón. Estoy aquí siempre, bajo la lluvia, soy una estatua de sal, un cruce de miradas.
Miedo, angustia, susto, escribir a lápiz, hacer borrón y cuenta nueva. Quererte, odiarte, sufrir hasta más allá de las nubes, hasta el más profundo de los océanos. Volar con alas de papel a ras de suelo, caer incendiada de golpe contra el frío mármol de mi habitación. Cuando sueño todo es grande y silencioso, cuando respiro a tu lado se me quiebra el corazón. Por la mañana lo recojo y lo pego;   y todo esto es tan inconexo… Palabras azules sobre mis pies, un libro amarillo que revienta en mi cama, unos dedos que se desperezan entre mis sábanas. El sol de la mañana entrando por la ventana y los gritos de los niños en la calle; y todo esto es tan salvaje… Respirar a veces duele, dormir a veces no es bueno. Unas copas de más en el balcón, la nieve cae en la nevera. Te cojo de la mano y me miras, nuestros dedos se entrelazan y se sueltan, como si fueran de goma blanda y resbaladiza. Los guisantes crecen por toda la ventana; y a mi me va a estallar la cabeza…